LOS ESQUIMALES y LA DIETA CETOGENICA.
Un esquimal, habitante la zona ártica de América y parte de Siberia, que vive a temperaturas inclementes de 30° bajo cero, donde no hay sitio para plantar vegetales (verduras), alimentándose desde hace miles de años de carne de morsas, de alces, pato, mucho pescado, cangrejos, piel de ballenas con su grasa y aceite de focas, está más sano que cualquiera de nosotros.
El esquimal no desayuna ni se alimenta con cereales, ni con pan, ni con patatas.
Su alimentación es exclusivamente de grasas y proteínas.
Con esta alimentación y de acuerdo al criterio nutricionista predominante entre nosotros, los esquimales deberían morir de arteriosclerosis a los 40 años y el hígado se les debía reventar por el exceso de proteínas.
Pero no es así. Los esquimales auténticos disfrutan de vidas largas sin obesidad, ni diabetes, ni enfermedades cardíacas, ni caries, ni cáncer.
Decimos esquimales auténticos, porque algunos han sido permeados por la vida occidental y han comenzado a comprar en supermercados, adoptando la dieta occidental. Estos últimos se engordan, han terminado sufriendo de cáncer y diabetes. Es más, algunos como los esquimales de la cultura Dorset se extinguieron totalmente al contraer enfermedades por el contacto con los occidentales.